Lost in the fire

10/4/23

Mi relación con la banda estadounidense Low no ha sido una “amor a primera vista” (o escucha en este caso). Recuerdo comprarme en 1999 su Secret Name en la época en la que estaba descubriendo a bandas como Seam, Codeine o Galaxie 500, con los que la prensa especializada solía compararlos. No conecté con el disco y a partir de ahí no hice demasiado caso a las buenas críticas que siempre tenían. Todo cambió cuando escuché California y su The great Destroyer, cuyas guitarras me hicieron prestar más atención a sus melancólicas melodías, que finalmente llegaron para quedarse. También ayudó esa recomendación que me pidió escuchar “Things we lost in the fire" antes de emitir cualquier juicio. A partir de ahí, con la ayuda de sus excepcionales directos (donde su sonido atmosférico e intimista alcanzaba cotas emocionales muy altas) conecté con el grupo y he disfrutado de su discografía, entre la que destaco sus dos últimos discos: más experimentales pero llenos de magia. A finales del 2022 Mimi Parker tristemente nos abandonó. Esta lista es un homenaje al grupo de Minnesota y a canciones que, como digo siempre, en mi opinión comparten universo sonoro.

Para acompañar a esta canción cantada por la propia Mimi (uno de sus momentos más pop), tenemos a las bandas antes citadas, a las que metieron en el saco de una etiqueta llamada slowcore, caracterizada por los sonidos más lentos (aunque no exentos de crescendos de guitarra). Con ella, con mayor o menor razón, se han relacionado también a Red House Painters (cuya Mistress sigue siendo una de mis canciones favoritas) o Bedhead y su continuación The New Year. Además, aquí hay unas cuantos grupos que desde (no tan) distintos ángulos nos dejan canciones lentas y emocionalmente intensas: dream pop, folk o guitarras ruidosas que transmiten sonidos cuya llama se va propagando poco a poco en tu cabeza y no te dejan indemne. 


                                                 

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